Otilia Madera llegó a Suecia como refugiada y tiene tras suyo una vida llena de la búsqueda de la expresión de sus deseos profundos de añoro por su tierra y de su nueva, extraña realidad en Suecia. Esta mujer no necesitó asistir a las aulas académicas para crear tanto en literatura, drama y desde el año 2000 pintura.
Su técnica es acrílico en tela. Sus motivos coloridos y decorativos son a veces reflejos de sus entornos en Escandinavia y de otros desconocidos, que quedan muy lejos, apretados entre Los Andes y el Pacífico.Su expresionismo está presente no solo en este colorido harmónico sino principalmente en la enorme cantidad de figuras simbólicas tales como figuras humanas y y motivos naturales que complementan y enriquecen las unas a las otras. En este mosaico de color y forma ella encuentra su fuente de inspiración.Su arte puede ser interpretado como una expresión de la vida complicada y dolorosa que los inmigrantes suelen vivir, pero ella lo convierte en sus pinturas en naturaleza armónica y niños jugando con características y sentimientos diferentes.
Visitar: http://www.otiliamadera.com/ Una de sus historias: Estocolmo 5 de Agosto del 2009.
MARIA CELESTE
Todo Rosado, las paredes, la cuna olgansa rosa, la ropita batista rosa. Princesa, dicen sus padres, princesa gritan sus familires. Saca, la foto ahora, tiene los ojos abiertos, lindos, azules. Vá a ser rubia, mira cómo le brillan las pelusitas. Envuelta en tules rosados, blancos, albos. Zapatitos que sostienen sus cautelosos primeros pasos. Capitas de piel, vestidos almidonados, botitas para el invierno, chalitas para el verano. Calpany, blanco, calpany de charol negro. La niña mejor vestida del barrio. María, siéntate bién, María, no debes jugar con los niños, son muy bruscos. María juega con tu primita Alicia Bernarda, ella que es tan senorita.
Piensa: Son tan aburridas, con sus tacitas del té, en la mesa Chiquita del jardín, despúes atender a las muñecas, sentadas en hileras, que pasivamente no piden nada.
Juguemos a robar las hijas de ustedes. Yo soy el ladrón que se las lleva. La Josefa Teresa, la mira desconfiada. Mira la otra vez que te hicimos caso, Asunción se cayó del columpio y se golpeó muy fuerte. Menos mal, que no le contamos nada a la tia.
Se vá, mira a travez de la reja, a los niños qué juegan a gritos en la calle.
Sale, sus primas la llaman, te vamos acusar María, pero ella sabe qué no lo harán.
El niño la tironea tanto, jugando a la lucha libre, qué le arranca un lazo de su vestido suave de muselina, despúes se descose en la cintura.
Sus padres la miran preocupados: María, cúando vas a empezar a comportante bién, nos desesperas. Porqué eres así hija, porqué no eres cómo tus primas. Eso es porque es la menor de tres hermanos, dice la madre conciliadora. Dicen qué la Violeta era igual cúando chica, le hizo pasar muchas rabias a tu madre. Por eso se quedo para vestir santos. Ni para vestir santos. Se peleo con el cura. Nunca supimos porqué. Llegó furiosa de la la iglesia y no volvío más.
María les escucha fascinada, por fin en la familia alguién cómo ella. Mamá, puedo visitar a la tia Violeta? Para qué? Hija, es media rara, no se ha casado. Vive en una casa grande y vieja que le dejó su abuela, con un perro y una empleada. Hace tiempo que no sabemos nada de ella, se aparto de la famila de repente. Papá llévame por favor. El padre la llevó de mala voluntad. Con su hermana mayor nunca se llevó bién. Sentada en un viejo sofá la tia Violeta les miraba asombrada. No hablaron mucho. La visita fúe corta.Esta niña que quería conocerte, Violeta. Por qué? Todos dicen qué soy igual a usted. Por qué dicen eso? Porque me peleo con los niños a golpes. La tia Violeta, la miró con cariño y no dijo más nada. Bueno María, ya me conoces, puedes venir cúando quieras. La vieja empleada les abrio la puerta grande y pesada. Al pasar por el lado de María le cerró un ojo, con picardía. Algunos dias despúes la tia Violeta le envia un paquete, al abrirlo: un bluejeans y una camisa de vaquero. Se los pone feliz, cómo sabía la tia Violetita qué yo quería tanto un blujeans. Baja en donde su padre que lee el diario y su madre habla por teléfono.
De donde sacaste esa ropa tan ordinaría, pareces ferianta de la Vega. Eso lo puedes usar aquí adentro solamente, me escuchaste? María se dá cuenta, qué su padre está un poco enojado porque nunca le habla así, ella es su regalona.
Pasan un par de años, María comienza a darse cúanta qué hay algo raro en ella. Tiene muchos pretendientes que la rodean y se acercan.
La amigas: mira María, está loco por ti y es tan lindo! No me gustan los chiquillos son muy pesados. María se baña en los camarines de la escuela, viene corriendo su mejor amiga y entra a la misma ducha que ella, siempre ha sido así desde que eran pequeñas. Mira sus pechos y sin poder contenerse y saber porqué, los besa una y otra vez. María, mi mama ya no quiere qué me junte contigo, porque le conté lo de las duchas. María la mira con extrañeza y se vá cabisbaja. No te preocupes María, le grita, yo seré siempre tu amiga. Está confundida, triste, hablan a sus espaldas, se rien. Empieza a temer, no sabe qué. Ya no quiere ir a clases. Tienes qué estudiar mucho ahora, este otro año irás a la universidad- María no sabe qué hacer. Sale con un chico. No le hagay caso a esas envidiosas María, porque tu soy la más linda de todas. María ese pobre joven te ha estado llamando todo el dia, contéstale. No seas así. María se retrae, inicia su viaje al interior de su alma. María hija, qué tienes, porque ahora siempre estás enojada, triste. Peleándote con tus hermanos, con todo el mundo. Mamá, en el colegio, ya no quiero conversar con nadie, pelear con nadie. Pero, hija eso está bién. No mama, no quiero que se enojen, me dicen maricona. No les hagas caso hija, tu no eres eso, eres un poco brusca, pero no todas las personas somos iguales. Mamá, los chicos no me gustan. Claro, porque eres muy joven. Yo comencé a interesarme en los muchachos cuando tenía 18, mis hermanas, decían, qué era muy aguaguada. Ya vas a ver cúando te enamores de verdad, te vas a reír de este tiempo. La madre se marcha, tiene una llamada urgente.
María con el tiempo va comprendiendo que se está quedando al otro lado, hay algo en ella, qué todos rechazan, algo que la hace inferior a los demás. Se sienta al lado de la niña gorda con anteojos, a la niña tartamuda qué llora cada vez qué dá la lección, a la floja qué no aprende nada y que la profesora la deja parada en un rincon muchas veces y en la casa la pasan castigando.
Qué le sucede? - Ella es princesa, es hermosa,las tias siempre dicen qué podría llegar a ser mis Chile si cambiara y se pusiera más femenina. Ella no es pobre, tiene lo qué quiere. María llora a solas. Escucha sin querer a las empleadas en la cocina: Pobre la señora, salirle una hija así. No hubo su primer baile en sociedad, para ella mejor, menos murmuraciones. En la casa sigue la vida, come con su familia, sus hermanos la invitan, pero no insisten mucho.
María, mañana iremos al doctor, yo te despierto, tenemos hora las 10. María sabe que todos los años su madre la lleva a ella y a sus hermanos a un chequeo general.
Buenos dias María, cómo has estado? No lo conoce, no es el mismo doctor de siempre.
No, María yo soy un sicólogo. La madre la espera afuera. Entra la madre. Sale preocupada. Qué te dijo el doctor María? Que yo era muy joven y que la próxima vez que alguien me dijese maricona le diese un buen combo, de esos que yo sé dar y que tengo que seguir viniendo. La madre quiere un milagro, qué con muchas conversaciones y medicinas ella se mejore. María hizo lo qué el sicologo le dijo.
Lanzan la palabra cuando pierden la discusión,la palabra que penetrará como una zaeta, que herirá, humillará. Lo sigue,lo golpea,los demás le hacen ronda,gritan, los avivan. María sangra por la nariz. Eso te pasa maricona por andar peleando a combos cómo los hombres. María no le hagas caso a estos huevones cursis, sigues siendo la más linda. Toma este pucho, te vay a sentirte re'bién. María rie ahora, siempre rie. Su madre está contenta, aúnque María se viste con bluyines, se peina poco, está más tranquila. Su padre: Esta niña nos salio hippi. María encuentra otros amigos que la aceptan y la quieren. Se sumerge entonces en un mundo irreal, abstracto. Se vá a vivir con los hippies, su madre llora, su padre se aleja
Qué buenos días, ninguna preocupación, todo es paz, paz, paz. Igual se inscribe en la universidad, le vá bién.
Qué pasó? Vinieron los pacos, María, se los llevan a todos. A algunos los sueltan a ella también. María esto era lo último qué esperaba de tí, upeliénta, comunista.
Papá, no hacíamos nada, no sé porque nos odian. A mi me pegaron, porque les dije, que eran unos retrogrados. Me arrastraron por el pelo y ..... No dice más.
María salió de Chile envuelta en un torbellino de dudas y rabia, mucha rabia.
En alguna parte del mundo estuvo está María, no podía salir adelante. Caía profundo, intentaba salir y volvía abajo. María arrastraba un dolor, una culpa , una tristeza.
Por fin un día, emergue de las cenizas y sale a la calle orgullosa.
Ya no soy y nunca fuí María Rosa- Yo siempre fuí María Celeste, María Celeste, María Celeste.
En un pueblo a las afueras de Santiago, vive en la gran casa que heredara de su tia Violeta. Allí llegan sus amigos, amigas y hacen la fiesta. Tienen el absoluto derecho de reírse de todo y no creer mucho.
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